UERJ 2015 Espanhol - Questões
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TEXTO I
TERESA DE LA PARRA
(Ana Teresa de la Parra Sanojo; París, 1889 - Madrid, 1936) Escritora venezolana considerada la novelista más importante de la primera mitad del siglo XX en su país. Su padre era cónsul de Venezuela en Berlín; su madre descendía de una rancia familia de la sociedad caraquena. "Tanto mi madre como mi abuela pertenecían por su mentalidad y sus costumbres a los restos de la vieja sociedad colonial de Caracas" (1), escribía Teresa de la Parra en 1931, en una breve resena autobiográfica.
En esa misma resena declaraba haber nacido en Venezuela, y aunque París dista nueve mil kilómetros de Caracas, apenas puede decirse que mintiera (2), ya que la infancia de Ana Teresa transcurrió cerca de la capital venezolana, en la hacienda familiar de Tazón. La vocación de escritora dio sus frutos en París, ciudad donde fijó su residencia en 1923. Allí vería la luz su novela Las memorias de Mamá Blanca (1929), en que hallamos una crónica familiar que rescata y recrea, con una sencillez que no elude la maestría narrativa (3), las voces y el habla venezolanas de su época, a la vez que evoca con lucidez un mundo para siempre perdido: el de la aristocracia criolla*.
En París llevó el género de vida que convenía a una senorita de la buena sociedad caraquena: asistir a recepciones en embajadas y frecuentar a escritores hispanoamericanos. En esa ciudad se dio la asunción plena de su vocación de escritora. Anos después pasó por una dolorosa peregrinación por sanatorios suizos y espanoles, en busca de la imposible curación de su tuberculosis. La enfermedad, cuyos primeros síntomas se manifestaron en 1931, modificó de raíz su personalidad y su vida. Escribía en 1930 al historiador venezolano Vicente Lecuna: "Acomodar las palabras a la vida, renunciando a sí mismo, sin moda, sin pretensiones de éxito personales, es lo único que me atrae por el momento".
biografiasyvidas.com
* criolla - formada por descendientes de europeos nacidos en la América hispânica.
"Tanto mi madre como mi abuela pertenecían por su mentalidad y sus costumbres a los restos de la vieja sociedad colonial de Caracas", ((1)
Identifique os dois elementos comparados no fragmento acima e explicite a comparação estabelecida entre eles. Em seguida, indique a função das aspas utilizadas nesse fragmento.
TEXTO I
TERESA DE LA PARRA
(Ana Teresa de la Parra Sanojo; París, 1889 - Madrid, 1936) Escritora venezolana considerada la novelista más importante de la primera mitad del siglo XX en su país. Su padre era cónsul de Venezuela en Berlín; su madre descendía de una rancia familia de la sociedad caraquena. "Tanto mi madre como mi abuela pertenecían por su mentalidad y sus costumbres a los restos de la vieja sociedad colonial de Caracas" (1), escribía Teresa de la Parra en 1931, en una breve resena autobiográfica.
En esa misma resena declaraba haber nacido en Venezuela, y aunque París dista nueve mil kilómetros de Caracas, apenas puede decirse que mintiera (2), ya que la infancia de Ana Teresa transcurrió cerca de la capital venezolana, en la hacienda familiar de Tazón. La vocación de escritora dio sus frutos en París, ciudad donde fijó su residencia en 1923. Allí vería la luz su novela Las memorias de Mamá Blanca (1929), en que hallamos una crónica familiar que rescata y recrea, con una sencillez que no elude la maestría narrativa (3), las voces y el habla venezolanas de su época, a la vez que evoca con lucidez un mundo para siempre perdido: el de la aristocracia criolla*.
En París llevó el género de vida que convenía a una senorita de la buena sociedad caraquena: asistir a recepciones en embajadas y frecuentar a escritores hispanoamericanos. En esa ciudad se dio la asunción plena de su vocación de escritora. Anos después pasó por una dolorosa peregrinación por sanatorios suizos y espanoles, en busca de la imposible curación de su tuberculosis. La enfermedad, cuyos primeros síntomas se manifestaron en 1931, modificó de raíz su personalidad y su vida. Escribía en 1930 al historiador venezolano Vicente Lecuna: "Acomodar las palabras a la vida, renunciando a sí mismo, sin moda, sin pretensiones de éxito personales, es lo único que me atrae por el momento".
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* criolla - formada por descendientes de europeos nacidos en la América hispânica.
En esa misma resena declaraba haber nacido en Venezuela, y aunque París dista nueve mil kilómetros de Caracas, apenas puede decirse que mintiera , (2)
Neste trecho, suaviza-se uma informação contraditória dada por Teresa de la Parra.
Aponte tal informação e explique sua contradição. Transcreva, ainda, o termo, em espanhol, empregado para suavizar essa contradição.
TEXTO I
TERESA DE LA PARRA
(Ana Teresa de la Parra Sanojo; París, 1889 - Madrid, 1936) Escritora venezolana considerada la novelista más importante de la primera mitad del siglo XX en su país. Su padre era cónsul de Venezuela en Berlín; su madre descendía de una rancia familia de la sociedad caraquena. "Tanto mi madre como mi abuela pertenecían por su mentalidad y sus costumbres a los restos de la vieja sociedad colonial de Caracas" (1), escribía Teresa de la Parra en 1931, en una breve resena autobiográfica.
En esa misma resena declaraba haber nacido en Venezuela, y aunque París dista nueve mil kilómetros de Caracas, apenas puede decirse que mintiera (2), ya que la infancia de Ana Teresa transcurrió cerca de la capital venezolana, en la hacienda familiar de Tazón. La vocación de escritora dio sus frutos en París, ciudad donde fijó su residencia en 1923. Allí vería la luz su novela Las memorias de Mamá Blanca (1929), en que hallamos una crónica familiar que rescata y recrea, con una sencillez que no elude la maestría narrativa (3), las voces y el habla venezolanas de su época, a la vez que evoca con lucidez un mundo para siempre perdido: el de la aristocracia criolla*.
En París llevó el género de vida que convenía a una senorita de la buena sociedad caraquena: asistir a recepciones en embajadas y frecuentar a escritores hispanoamericanos. En esa ciudad se dio la asunción plena de su vocación de escritora. Anos después pasó por una dolorosa peregrinación por sanatorios suizos y espanoles, en busca de la imposible curación de su tuberculosis. La enfermedad, cuyos primeros síntomas se manifestaron en 1931, modificó de raíz su personalidad y su vida. Escribía en 1930 al historiador venezolano Vicente Lecuna: "Acomodar las palabras a la vida, renunciando a sí mismo, sin moda, sin pretensiones de éxito personales, es lo único que me atrae por el momento".
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* criolla - formada por descendientes de europeos nacidos en la América hispânica.
con una sencillez que no elude la maestria narrativa, (3)
O texto apresenta uma avaliação sobre uma obra de Teresa de la Parra, Las memorias de Mamá Blanca.
Retire, do segundo parágrafo, em espanhol, um dos elementos resgatados nessa obra. Em seguida, indique as características dessa narrativa, de acordo com o fragmento citado.
TEXTO I
TERESA DE LA PARRA
(Ana Teresa de la Parra Sanojo; París, 1889 - Madrid, 1936) Escritora venezolana considerada la novelista más importante de la primera mitad del siglo XX en su país. Su padre era cónsul de Venezuela en Berlín; su madre descendía de una rancia familia de la sociedad caraquena. "Tanto mi madre como mi abuela pertenecían por su mentalidad y sus costumbres a los restos de la vieja sociedad colonial de Caracas" (1), escribía Teresa de la Parra en 1931, en una breve resena autobiográfica.
En esa misma resena declaraba haber nacido en Venezuela, y aunque París dista nueve mil kilómetros de Caracas, apenas puede decirse que mintiera (2), ya que la infancia de Ana Teresa transcurrió cerca de la capital venezolana, en la hacienda familiar de Tazón. La vocación de escritora dio sus frutos en París, ciudad donde fijó su residencia en 1923. Allí vería la luz su novela Las memorias de Mamá Blanca (1929), en que hallamos una crónica familiar que rescata y recrea, con una sencillez que no elude la maestría narrativa (3), las voces y el habla venezolanas de su época, a la vez que evoca con lucidez un mundo para siempre perdido: el de la aristocracia criolla*.
En París llevó el género de vida que convenía a una senorita de la buena sociedad caraquena: asistir a recepciones en embajadas y frecuentar a escritores hispanoamericanos. En esa ciudad se dio la asunción plena de su vocación de escritora. Anos después pasó por una dolorosa peregrinación por sanatorios suizos y espanoles, en busca de la imposible curación de su tuberculosis. La enfermedad, cuyos primeros síntomas se manifestaron en 1931, modificó de raíz su personalidad y su vida. Escribía en 1930 al historiador venezolano Vicente Lecuna: "Acomodar las palabras a la vida, renunciando a sí mismo, sin moda, sin pretensiones de éxito personales, es lo único que me atrae por el momento".
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* criolla - formada por descendientes de europeos nacidos en la América hispânica.
No terceiro parágrafo, são mencionadas diferentes situações vividas por Teresa de la Parra, tanto em sua vida pessoal como na profissional.
Cite quatro dessas situações.
TEXTO II
Conocí a Mamá Blanca mucho tiempo antes de su muerte, cuando ella no tenía aún setenta anos ni yo doce. Trabamos amistad, como ocurre en los cuentos, preguntándonos los nombres desde lejos (...). Iba yo jugueteando por el barrio y de pronto, como se me viniese a la idea curiosear en una casa silenciosa y vieja, penetré en el zaguán, empujé la puerta (...) pasé la cabeza por entre las dos hojas y me di a contemplar los cuadros (...).
Allá, más lejos aún, en el cuadro de una ventana abierta, dentro de su comedor, la duena de la casa, con cabeza de nieve y bata blanca, se tomaba poco a poco una taza de chocolate, mojando en ella bizcochuelos. Hacía rato que la contemplaba así (...), cuando ella, volviendo los ojos, descubrió mi cabeza que pasaba la puerta. Al punto, sorprendida y sonriente, me gritó carinosa desde su mesa (1):
- ¡Aja, muy bien, muy bien! [Averiguando la vida ajena, como los merodeadores y los pajaritos que se meten en el cuarto sin permiso de nadie! ¡No te vayas y dime cómo te llamas (2), muchachita bonita y curiosa!
(...)
Desde mi primera ojeada de inspección había comprobado que aquella casa de limpieza fragante florecía por todos lados en raídos y desportillados, cosa que me inspiró una dulce confianza. La jovialidad de su duena acabó de tranquilizarme. Por ello, al sentirme descubierta e interpelada, en lugar de echar a correr a galope tendido como perro cogido en falta, accedí primero a gritar mi nombre, y después, con mucha naturalidad, pasé adelante.
Sentadas frente por frente en la mesa grande, comiendo bizcochuelo y mordisqueando plantillas dialogamos un buen rato (3). Me contó que en su infancia había traveseado mucho con mi abuelo, sus hermanos y hermanas por haber sido vecinos muchos anos, pero en otro barrio y en unos tiempos que ya se iban quedando tan lejos, jtan lejos!... (...)
Nadie comprendía que a mi edad se pudiesen pasar tan largos ratos en companía de una senora que bien podía ser mi bisabuela. Como de costumbre, la gente juzgaba apoyándose en burdas apariencias. Aquella alma sobre la cual habían pasado setenta anos era tan impermeable a la experiencia que conservaba intactas, sin la molesta inquietud, todas las frescuras de la adolescencia y, junto a ellas, la santa necesidad del árbol frutal que se cubre de dones para ofrendarlos maduros por la gracia del cielo. (...)
No creo, por lo tanto, exagerar al decir no solo que la quería, sino que la amaba (4) y que como en todo amor bien entendido, en su principio y en su fin, me buscaba a mí misma. Para mis pocos anos aquella larga existencia fraternal, en la cual se encerraban aventuras de viajes, guerras, tristezas, alegrías, prosperidades y decadencias, era como un museo impregnado de gracia melancólica, donde podía contemplar a mi sabor todas las divinas emociones que la vida, por previsión bondadosa, no había querido darme todavía, bien que a menudo, por divertirse quizá con mi impaciencia, me las mostrase desde lejos sonriendo y guinando los ojos maliciosamente. Yo no sabía aún que, a la inversa de los poderosos y los ricos de este mundo, la vida es espléndida no por lo que dá, sino por lo que promete (5). Sus numerosas promesas no cumplidas me llenaban entonces el alma de un regocijo incierto.
Teresa de la Parra
Las memorias de Mamá Blanca. París: Le Livre Libre, 1929.
volviendo los ojos, descubrió mi cabeza que pasaba la puerta. Al punto, sorprendida y sonriente, me gritó carinosa desde su mesa: (1)
Segundo a narradora, seu primeiro encontro com Mamá Blanca aconteceu quando ainda era criança.
Indique o que motivou a ida da menina à casa de Mamá Blanca pela primeira vez e retire, do trecho citado, as três palavras, em espanhol, que descrevem como a senhora a recepcionou.
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