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Los propietarios de la libertad

Las palabras cumplen ciclos; las actitudes también. Sin embargo, cuando las palabras designan actitudes, los ciclos se vuelven más complejos. Cuando el hoy tan denostado Sartre puso la palabra compromiso sobre el tapete y hasta Mac Leish publicó un libro sobre la responsabilidad de los intelectuales, estas dos palabras, compromiso y responsabilidad, designaban actitudes que, sin ser gemelas, eran bastante afines. Salvo contadas excepciones, los intelectuales de entonces los hicieron suyas y, equivocados o no, dijeron sin eufemismos por qué empeño se la jugaban.

Los intelectuales latinoamericanos también comprendieron dónde estaba esta vez el enemigo. Sólo entonces empezó la mala prensa. Los grandes pontífices de la propaganda subrayaron una y otra vez la palabra libertad y denostaron el compromiso. Libertad no era librarse de Batista o de Somoza, sino mantener la prensa libre. Libertad es la emocionada comprobación de que la gran prensa norteamericana es capaz de descubrir que Lumumba o Aliende fueron liquidados por la CIA, sin poner el acento en que eso no sirve para resucitarlos.

¿Y compromiso? Es la actitud que adoptan ciertos intelectuales, cuya carga ideológica perjudica notoriamente su arte. Después de todo, ¿cómo se atrevena frecuentar las provincias del espiritu, si es público y notorio que tales ámbitos son patrimonio exclusivo de los propietarios de la Iibertad?

(BENEDETTI, M. Perplejidades de fin de siglo. Buenos Aires: Sudamericana, 1993 (adaptado).)

Transformar palavras em atitudes tem sido um dos grandes dilemas dos intelectuais. Ao ponderar sobre essa temática, o autor, um dos grandes críticos e literatos latino-americanos da atualidade, leva o leitor a perceber que


Pablo Pueblo

Regresa un hombre en silencio

De su trabajo cansado

Su paso no lleva prisa

Su sombra nunca lo alcanza

Lo espera el barrio de siempre

Con el farol en la esquina

Con la basura allá en frente

Y el ruido de la cantina

Pablo Pueblo

llega hasta el zaguán oscuro

Y vuelve a ver las paredes

Con las viejas papeletas

Que prometían futuros

en lides politiqueras

Y en su cara se dibuja

la decepción de la espera.

(BLADES. R. DisponíveI em: . Fragmento.)

Rubén Blades é um compositor panamenho de canções socialmente engajadas. O título Pablo Pueblo, associado ao conteúdo da letra da canção, revela uma crítica social ao


Poco después apareció en casa de Elisenda Morales, arrastrando su cansancio y las contrariedades de un largo día que habla dejado su ánimo en ruínas. A pesar de todo, supo resistirlo, y cuando ella le ofreció una copa de mistela, abandonó su asiento para ir hasta la tienda en busca de algo más estimulante.

Allí, en el corredor dela casa, en taburetes separados, recibieron los primeros cálidos soplos de la noche. Con su habitual entereza, Elisenda entró a conectar la luz de la sala, sofocando parte de su reflejo, mientras comentaba que así estarían mejor. Al menos, pensó el tio Camarillo, no habia sacado la lámpara como otras veces, ni le había entregado alguno de sus álbumes, y parecía en cambio decidida a mantener en ascuas al vecindario. Aquélla fue la primera vez que en mucho tiempo dejaron de lado el tema de las rentas, para entrar con pies de plomo en el espinoso terreno de las confidencias.

(SÁNCHEZ, H. El héroe de la familia. Bogotá. Tercer Mundo, 1988.)

No texto, no qual é narrada a visita à casa de uma personagem, a expressão “entrar con pies de plomo” é utilizada para se referir ao(à)


Oye, Pito, ésta es: la vida bruta de un boy

mis tierras eran

nuevo méxico, colorado,

california, arizona, tejas,

y muchos otros senderos,

aún cuando la luz existía

sonrientemente

en las palabras

de mis antepasados...

era entonces hombre,

maduro y sencillo

como los cerros y los peñascos,

y mi cultura era el atole,

el chaquehue, y los buenos días;

mi idioma cantaba

versículos

por los cañones

de tierra roja

y tierra amarilla...

Hoy sí, hoy ya no soy

mejicano ni hispano

ni tampoco americano,

pero soy — y bien lo siento ser —

una sombra del pasado

y un esfuerzo

hacia el futuro...

(SÁNCHEZ. R. Disponível em: . Acesso em: 4 dez. 2017.)

Ao abordar a expropriação de territórios mexicanos pelos Estados Unidos, o eu lírico do poema revela um(a)


La violencia como bella arte

Pues bien, ‘Relatos Salvajes’, de Damián Szifrón, es sobre todo un brilhante esfuerzo por poner rostro, por fotografiar, a la parte de la violencia que tanto cuesta ver en el cine. De repente, el director argentino coloca la espectador ante el espectáculo, digamos putrefacto, de una sociedad enferma de su propia indolencia, anestesiada por su ira, incapaz de entender el origen de la insatisfacción que la habita. ¿Cómo se quedan? Sí, estamos delante de la una película vocacionalmente violenta, obligadamente salvaje, pero, y sobre todo, deslumbrante en su claridad.

Más allá del esplendor sabio de una producción perfecta, lo que más duele, lo que más divierte, lo que más conmueve es la sensación de reconocimiento. Cada uno de los damnificados, pese a su acento marcadamente argentino, somos nosotros. O, mejor, cada insulto proferido, y no siempre entendido, es nuestro, en algún momento ha salido de nuestra boca. O saldrá.

La violencia no es sólo eso que tanto desagrada a los profesionales del buen gusto, a los programadores de ópera o a los filósofos de la nada; la violencia, la realmente insoportable, es también una cuestión de actitud, un simple gesto. Y esa violencia está por todas partes, está dentro. Y Szifrón acierta a retratarla tan fielmente que no queda otra cosa que romper a reír. Aunque sólo sea de simple desesperación. Brillante, magistral incluso.

(MARTÍNEZ, L. Disponível em: . Acesso em: 13 abr. 2015. Adaptado.)

Nessa resenha crítica acerca do filme Relatos Salvajes, o autor evidencia o


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