SEYMOUR MENTON: EL LEGADO CRÍTICO DE UN LECTOR APASIONADO
Conocí a Seymour Menton hace unos anos, en Ia Universidad de Califórnia, cuyos departamentos de lenguas extranjeras contribuyò a formar. Recuerdo Ia emoción que me causó estrechar su mano (1). En su conjunto, el trabajo crítico de Menton es una de Ias semblanzas más completas y amplias de Ia experiencia literaria latinoamericana, escrita conforme Ia producción narrativa continental emergia (6) y gradualmente encontraba lectores e interlocutores.
Por momentos, algunas de Ias limitaciones de Ia obra de Seymour (su reticencia ideológica a ciertas prácticas, su fidelidad a Ia vocación pedagógica del crítico (7)) pueden resultar evidentes a un lector contemporâneo. Sin embargo, nuestra habilidad misma de debatir con él, de estar en desacuerdo con sus interpretaciones (2), de buscar complementar sus lecturas y llevarlas más allá, fue posibilitada por su incansable compromiso de poner a Ia literatura latinoamericana en el centro del debate crítico, de hacerla disponible a los lectores de Estados ünidos y América Latina, y de mostrar que existía en ella un depósito de riqueza cultural y estética que resultaba difícil discernir al momento de su publicación (3). Como norteamericano, Seymour hizo esto a contracorriente de una gran cantidad de prejuicios en ambos lados de Ia división continental.
En su país de origen, Menton fue uno de los primeros críticos en dar énfasis a Ia narrativa latinoamericana, en una época en que Ia ensenanza de Ia literatura en lengua espanola estaba fuertemente cargada hacia Ia literatura ibérica. Si los que trabajamos en Estados ünidos como latinoamericanistas podemos tener un espacio de debate y consideración, se debe al hecho de que Seymour Menton y otros de sus distinguidos contemporâneos limpiaron el terreno para poder desarrollar un campo y para poder preparar lectores de nuestra tradición.
Gracias a sus monumentales libros sobre literatura de distintos países (4), los lectores del subcontinente tenemos un lugar al que podemos siempre volver a ponderar y debatir nuestras tradiciones, desde Ia perspectiva (5) que solo un extranjero enamorado de una cultura que le pertenece por naturalización, más que por nacimiento, puede proporcionar.
Creo que Ia triste pérdida de Seymour Menton (8), agregando su nombre a Ia lista de los que nos han dejado en 2014 (9), debe ser, sobre todo, una oportunidad para volver a su obra, para reentablar con él Ia conversación que hemos tenido en algún tiempo.
Ignacio M. Sánchez Prado. (milenio.com)
Recuerdo la emoción que me causó estrechar su mano. (1)
Un ejemplo de que el autor dei texto comparte Ia misma actividad laborai que Seymour Menton es: