LOS PROFESORES BAJO EXAMEN
Los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) opinan que sus profesores y docentes conocen muy bien los temas que ensenan y son claros en la transmisión de conocimientos, además de ser puntuales. Pero advierten que el nivel decae cuando se trata de favorecer una actitud reflexiva. Y también advierten que en los planes de estudios se superponen los contenidos y que falta articulación entre las clases prácticas y las teóricas. Todos estos datos surgen de una encuesta realizada por la propia facultad sobre una muestra de casi dos mil alumnos.
El estudio integra un programa de evaluación de la calidad educativa organizado por la Secretaria Académica de Sociales. Cada cuatrimestre se instrumenta una encuesta anónima a los estudiantes de 25 cátedras tomadas al azar. La consulta indaga sobre el desempeño de los profesores, los contenidos de la materia, la bibliografía, los exámenes y otros puntos. “No es una evaluación para controlar, sino para mejorar y tener un mapa de las cátedras a partir de la visión de alumnos y docentes”, explicó Néstor Cohen, secretario académico y profesor de Sociología. Aquí se presentan los principales resultados.
“Las opiniones de los estudiantes sobre los docentes y las cátedras son muy favorables. Pero también nos advierten varias cuestiones preocupantes que tendremos que atender”, dijo Cohen a Página/12. “La mayoría de los déficit que marcan los alumnos tienen que ver con las limitaciones con que trabajamos los docentes.” Como ejemplo, citó el caso de la bibliografía. “Muchas veces la bibliografía se ve limitada por el costo de los textos y por la falta de tiempo que tienen los docentes para traducir textos nuevos”, apuntó Cohen. Uno de los datos que más preocupó en la facultad es la superposición de contenidos señalada por los alumnos. “¿La materia desarrolla temas ya estudiados?”, se les preguntó. El 47,6 por ciento de los estudiantes respondió que sí. Aunque la otra mitad (49,8) dijo que no.
Los estudiantes de Sociales destacaron que falta articulación entre las clases teóricas y las prácticas. El 49,2 por ciento opinó que esa articulación es parcial y el 17,8 la estimó inexistente. Sólo para el 28,1 las clases están totalmente integradas. “Es un problema serio que estamos tratando de atacar. La mayoría de los profesores de la facultad no tenemos formación pedagógica, aprendimos a ensenar por ensayo y error (2). Y la desarticulación de las clases tiene que ver con la inexperiencia pedagógica”, señaló el secretario.
Los docentes estarían mostrando algunas falencias en la tarea de favorecer una actitud reflexiva en los alumnos. Este seria “el indicador más pesado” (1) que arrojó la encuesta. Los mejores puntajes se los llevaron la asistencia, la puntualidad, la preparación de las clases, el conocimiento de los temas. Por debajo se ubicaron las respuestas a “¿favoreció una actitud reflexiva?”: 6,76 para los profesores I de teóricos; 7,60 para los de prácticos; y 7,14 para los de talleres. “Si bien el resultado no es grave, nos preocupa” - admitió Cohen.
Quizá la mayor sorpresa de la encuesta surgió de la opinión sobre los métodos con que los estudiantes son evaluados. Se podría haber esperado un reclamo de métodos más “democráticos” o más “modernos” frente a los tradicionales exámenes parciales o finales. Pero no: sólo el 12,3 por ciento se manifestó en desacuerdo con el sistema de evaluación. El 49,2 estuvo totalmente de acuerdo y el 37,3 lo estuvo parcialmente.
(JAVIER LORCA. 17 de Junio de 2003)
O texto expõe pontos de vista sobre os resultados da avaliação.
Retire os fragmentos em espanhol que indicam resultados da pesquisa considerados como:
a) O mais grave;
b) O mais inesperado.